Poems in English

Rose Two moons of coal hold the aroma of the brown dream of his mother's eyes. Twice the love has given in her its petals o...

miércoles, 27 de marzo de 2013

Besos (Tomás Segovia)

Es uno de los poemas representativos de la lírica del siglo XX, la imagen y la exaltación emotiva guadan un equilibrio cautivador.



Besos

Mis besos lloverán sobre tu boca oceánica
primero uno a uno como una hilera de gruesas gotas
anchas gotas dulces cuando empieza la lluvia
que revientan como claveles de sombra
luego de pronto todos juntos
hundiéndose en tu gruta marina
chorro de besos sordos entrando hasta tu fondo
perdiéndose como un chorro en el mar
en tu boca oceánica de oleaje caliente
besos chafados blandos anchos como el peso de la plastilina
besos oscuros como túneles de donde no se sale vivo
deslumbrantes como el estallido de la fe
sentidos como algo que te arrancan
comunicantes como los vasos comunicantes
besos penetrantes como la noche glacial en que todos nos abandonaron
besaré tus mejillas
tus pómulos de estatua de archilla adánica
tu piel que cede bajo mis dedos
para que yo modele un rostro de carne compacta
                                                                   idéntico al tuyo
y besaré tus ojos más grandes que tú toda
y que tú y yo juntos y la vida y la muerte
del color de la tersura
de mirada asombrosa como encontrarse en la calle con
                                                                              uno mismo
como encontrarse delante de un abismo
que nos obliga a decir quién somos
tus ojos en cuyo fondo vives tú
como en el fondo del bosque más claro del mundo
tus ojos que tú no conoces
que miran con un gran golpe aturdidor
y me inmutan y me obligan a callar y a ponerme serio
como si viera de pronto en una sola imagen
toda la trágica indescifrable historia de la especie
tus ojos de esfinge virginal
de silencio que resplandece como el hielo
tus ojos de caída durante mil años en el pozo del olvido
besaré también tu cuello liso y vertiginoso como un tobogán inmóvil
tu garganta donde la vida se anuda como un fruto
                                                              que se puede morder
tu garganta donde puede morderse la amargura
y donde el sol en estado líquido circula por tu voz y tus venas
como un cogñac ingrávido y cargado de electricidad
besaré tus hombros construidos y frágiles como la ciudad
                                                                         de Florencia
y tus brazos firmes como un río caudal
frescos como la maternidad
rotundos como el momento de inspiración
tus brazos redondos como la palabra de Roma
amorosos a veces como el amor de las vacas por los terneros
y tus manos lisas y buenas como cucharas de palo
tus manos incitadoras como la fiebre
o blandas como el regazo de la madre del asesino
tus manos que apaciguan como saber que la bondad existe
besaré tus pechos globos de ternura
besaré sobre todo tus pechos más tibios que la convalescencia
y que pesan en el hueco de mi mano como la evidencia
                                                              en la mente del sabio
tus pechos pesados fluidos tus pechos de mercurio solar
tus pechos anchos como un paisaje escogido definitivamente
inolvidables como el pedazo de tierra donde habrán
                                                                      de enterrarnos
calientes como las ganas de vivir
con pezones de milagro y dulces alfileres
que son la punta donde de pronto acaba chatamente
la fuerza de la vida y sus renovaciones
tus pezones de botón para abrochar el paraíso
de retoño del mundo que echa flores de puro júbilo
tus pezones submarinos de sabor a frescura
besaré mil veces tus pechos que pesan como imanes
y cuando los aprieto se desparraman como el son
                                                                      en los trigales
tus pechos de luz materializada y de sangre dulcificada
generosos como la alegría de aceptar la tristeza
tus pechos en donde todo se resuelve
donde acaba la guerra la duda la tortura
y las ganas de morirse
besaré tu vientre firme como el planeta Tierra
tu vientre de llanura emergida del caos
de playa rumorosa
de almohada para la cabeza del rey después de entrar a saco
tu vientre misterioso cuna de la noche desesperada
remolino de la rendición y del deslumbrante suicidio
donde la frente se rinde como una espada fulminada
tu vientre montón de arena de oro palpitante
montón de trigo negro cosechado en la luna
montón de tenebroso humos incitante
tu vientre regado por los ríos subterráneos
donde aún palpitan las convulsiones del parto de la tierra
tu vientre contráctil que se endurece como un brusco
                                                           recuerdo que se coagula
y ondula como las colinas
y palpita como las capas más profundas del mar océano
tu vientre lleno de entrañas de temperatura insoportable
tu vientre que ruge como un horno
o que está tranquilo y pacificado como el pan
tu vientre como la superficie de las olas
lleno hasta los bordes de mar de fondo y de resacas
lleno de irresistible vértigo delicioso
como una caída en un ascensor desbocado
interminable como el vicio y como él insensible
tu vientre incalculadamente hermoso
valle en medio de ti en medio del universo
en medio de mi pensamiento
en medio de mi beso auroral
tu vientre plaza de todos
partido de luz y sombra y donde la muerte trepida
suave al tacto como la espalda del toro negro de la muerte
tu vientre de muerte hecha fuente para beber la vida
                                                                   fuerte y clara
besaré tus muslos de catedral
de pinos paternales
practicables como los postigos que se abren sobre
                                                                       lo desconocido
tus muslos para ser acariciados como un recuerdo pensativo
tensos como un arco que nunca se disparará
tus muslos cuya línea representa la curva del curso de los tiempos
besaré tus ingles donde anida la fragilidad de la existencia
tus ingles regadas como los huertos mozárabes
translúcidas y blancas como la vía láctea
besaré tu sexo terrible
oscuro como un signo que no puede nombrarse sin tartamudear
como una cruz que marca el centro de los centros
tu sexo de sal negra
de flor nacida antes que el tiempo
delicado y perverso como el interior de las caracolas
más profundo que el color rojo
tu sexo de dulce infierno vegetal
emocionante como perder el sentido
abierto como la semilla del mundo
tu sexo de perdón para el culpable sollozante
de disolución de la amargura y de mar hospitalario
y de luz enterrada y de conocimiento
de amor de lucha a muerte de girar de los astros
de sobrecogimiento de hondura de viaje entre sueños
de magia negra de anonadamiento de miel embrujada
de pendiente suave como el encadenamiento de las ideas
de crisol para fundir la vida y la muerte
de galaxia en expansión
tu sexo triángulo sagrado besaré
besaré besaré
hasta hacer que toda tú te enciendas
como un farol de papel que flota locamente en la noche.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Recuerdo de Francia (Paul Celan)

Piensa conmigo: el cielo de París, el gran cólquico otoñal…
Compramos corazones a las floristas:
eran azules y se abrían el agua.
Comenzó a llover en nuestra habitación
y nuestro vecino llegó, Monsieur Le Songe, un hombrecillo enjuto.
Jugamos a las cartas, perdí mis pupilas;
me prestaste tu cabello, lo perdí, él nos abatió.
Salió por la puerta, seguido por la lluvia.
Estábamos muertos y podíamos respirar.




Du denk mit mir: der Himmell von Paris, die großs Herbstzeitlose ...
Wir kauften Herzen bei den Blumenmädchen:
sie waren blau und blühten auf im Wasser.
Es fing zu regnen an in unserer Stube,
und unser Nachbar kam, Monsieur Le Songe, ein hager Männlein.
Wir spielten Karten, ich verlor die Augengterne; 
du liehst dein Haar mir, ich verlors, er schlug uns nieder.
Er trat zur Tür hinaus, der Regen folgt' ihm.
Wir waren tot und konnten atmen.

(Trad. José Luis Reina Palazón)

domingo, 17 de marzo de 2013

Comentario de un Nocturno de Villaurrutia



El Nocturno de la estatua es un ejemplo excelente de cómo el poeta usa el lenguaje para llevar al lector a un estado de ánimo muy específico; Villaurrutia transforma el poema en una experiencia y nos obliga a distanciarnos de una respuesta marcada por la costumbre. La comunicación de significados, afectos y estados de ánimo se lleva a cabo por una serie de elementos usados con gran maestría. Es bien sabido que los ejes temáticos recurrentes en la obra poética de Villaurrutia son la soledad, la muerte y la angustia; en este poema se dan perfectamente los tres.

Como punto de partida trataremos la estructura. El recurso más importante del poema es el paralelismo. Recordemos que este se define, según H. Beristáin, como ‘‘una relación equidistante o simétrica que guardan entre sí las estructuras repetitivas de los significantes y/o de los significados’’.  En este caso el paralelismo ocurre en dos aspectos fundamentales: en la ilación de frases y en el metro.
Pensando en la ilación de frases dividiremos el poema en dos secciones, donde los primeros seis versos forman la primera parte. Los dos versos del principio ejercen una gran fuerza hacia el campo semántico del mundo onírico. Se empieza con una reduplicación e inmediatamente después se establece un ambiente irreal donde impera la angustia:

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina

Irreal porque el grito de la estatua endereza la esquina, el paisaje, es decir, pone de manifiesto algo originalmente invisible –como las ideas freudianas acerca del sueño y el subconsciente–. La deconstrucción, además, contribuye a la mezcla de realidades, decir desdoblando la esquina nos hace recordar una realidad común que se transforma; la frase popular ‘‘doblar la esquina’’ adquiere un nuevo sentido. El primer verso es un claro aviso de las herramientas usadas por Villaurrutia en el poema: el paralelismo, la repetición, la mezcla de realidades; todo esto tiene la finalidad de obligarnos a experimentar una visión concreta del mundo.
Los versos que van del 3 al 6 enfatizan, junto con los dos del inicio, el deseo frustrado de comunicación con otro ser; expresan el deseo del hablante y la irrealidad insufrible que lo aqueja. El uso de verbos solo en infinitivo dota al poema de cierta generalidad, ambigüedad; hay un distanciamiento entre la realidad concreta y el poeta. Es imposible, para él, asir algo que le brinde certidumbre –la sinestesia resulta evidente en esta sección–. El carácter etéreo del sueño se plasma con el uso del lenguaje de forma muy eficaz. La gradación en los sustantivos avanza de lo concreto a lo abstracto (estatua-grito-eco-muro-espejo), además de posee una curva dramática evidente:

Correr hacia la estatua y el encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y hallar sólo el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.

Quizá al leer muro pudiéramos pensar en un rompimiento de la gradación pero es todo lo contrario. Esta palabra, al mezclarse con la conduplicación, agrega contraste y enfatiza el final: lo hace mucho más dramático. Por otro lado, espejo, no debe tomarse en un sentido literal sino como un símbolo. Claramente, aquí, las figuras de dicción son la piedra angular, principalmente las que se construyen con la repetición. 
           
            En la segunda sección (los versos del 7 al 13) se hace hincapié en el esfuerzo fracasado del poeta por tener algún tipo de comunión con otro ser. De nuevo, los verbos son el elemento cardinal pero ahora, en vez de infinitivo, contienen, de algún modo, a la estatua y esto le da un estado emocional más elevado.

Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las fichas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: estoy muerta de sueño.

Si en la primera parte se mantienen intactos los alejandrinos –combinaciones de heptasílabos acentuados en la segunda y sexta sílaba con otros al estilo de Darío: tercera y sexta– ahora tenemos un desarrollo hacia versos más cortos; el empleo del endecasílabo y el octosílabo representan un pequeño valle rítmico, un reposo que volverá a elevarse con los últimos dos alejandrinos y una nueva ilación de frases. El cambio en el metro y los verbos resalta la curva dramática general del poema y aunque la concatenación se mantiene el contraste resulta acertado.

            La persecución del poeta tiene su final en las palabras de la estatua, en realidad lo deja más solo que al principio. La frase estoy muerta de sueño dramatiza aún más la búsqueda y su fracaso, transforma toda la escena en un acto vulgar. La frase representa la concreción del tema: la muerte. Villaurrutia transforma el sueño en una alegoría y nosotros revivimos su angustia. En el poema hay conciencia, conocimiento puntal de la causa y efecto; dudo alguien pueda juzgarlo como resultado de la escritura automática.






Beristáin, Helena. Diccionario de retórica y poética. México: Porrúa, 2004
Montes de Oca, Francisco. Teoría y técnica de la Literatura. México: Porrúa, 2006.