Los Dulces Nombres (Abigael Bohórquez)
III
Nada tuyo, ni mío, ni de nadie.
Morir no tiene mérito.
A echar las redes pues,
que hay alguien más que tú.
Díganme, ¿dónde?
Oh, pura nada, arena, arena.
Y el mar irremediablemente me basta. Está.
No siente.
IV
Todo consiste en, casi amorosamente,
romper amarras,
comer del mar el pan que nos da el mar,
y permitirnos
de vez en cuando andar sobre las aguas
cumpliendo soledad,
y comer asímismo - materia de esperanzas-
lo que nos da también la tierra:
tú.
V
Puedes decir que no, negar tres veces,
y que se haga la voluntad cálida
de tu sexo o
no había sol ni luna ni noche ni día ni el mar,
ni tú, mi jugada final.
A punto de que nazcas, te lo digo,
no nacerás.
Y me tiro a la mar de buena gana,
a fondo...
Saliendo a flote
la puerta de tu casa ya no está.
Si eres, yo sé cómo no eres,
si te inventé, yo te sepulto,
gracias.
Pues tú eras tú.
¿yo?
Lo que sueño.
Poesía en Límpio 1980-1989
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